Suspiros de Barranco
En cada mural, un verso escondido. En cada esquina, un poema sin título. Barranco no se recorre, se respira. Y cuando el viento sopla desde el mar, los suspiros se convierten en palabras que solo el alma entiende.
En cada mural, un verso escondido. En cada esquina, un poema sin título. Barranco no se recorre, se respira. Y cuando el viento sopla desde el mar, los suspiros se convierten en palabras que solo el alma entiende.
El agua no solo corre, también canta. Y tú, viajero, escuchas con el alma. Las piedras guardan secretos, los viñedos susurran promesas, y el sol se despide con un verso dorado sobre el valle.
Cuando el sol se inclina sobre el malecón, los colores se vuelven metáforas. El Parque del Amor no es solo un lugar, es un poema tallado en cerámica. Aquí, los silencios también tienen voz.